Ventajas y desventajas de vivir en un chalet adosado

Llega la hora de comprar un inmueble y solo tienes una idea clara: quieres una casa. Más espacio y privacidad que en un piso. Las prioridades han cambiado y, por tanto, tu nuevo hogar también. La posibilidad de tener un espacio al aire libre con un jardín o patio, alejado del centro urbano, con mucha más tranquilidad está, actualmente, entre las preferencias de las personas. Los chalets adosados son una gran opción. Te contamos los pros y contras de estas viviendas.

 

Ventajas

– Más espacio

Los chalets adosados tienen más metros cuadrados que un piso. No hay ninguna duda. Y por menos dinero. Pero todo este espacio se encuentra distribuido en varias plantas; la mayoría de chalets cuentan con dos o tres plantas. Un aspecto que también hay que tener en cuenta, pues puede suponer un inconveniente para algunas familias. Las personas mayores se pueden ver limitadas al moverse por la casa al tener que subir y bajar escaleras constantemente. Y si tienes alguna lesión que te limite caminar… hay que barajar todas las situaciones. Pero si dispones de espacio puedes instalar un montacargas.

Y con más espacio no solo nos referimos al interior del hogar, también al exterior. Los chalets disponen de un jardín o terraza en el que puedes disfrutar del aire libre. Esta zona cada vez cobra más importancia para las familias.

 

– Tranquilidad, comodidad y seguridad

Estas casas se suelen construir en la periferia de las ciudades, en su área metropolitana. Por ello, si buscas tranquilidad, esta es una de las mejores opciones a escoger. La serenidad que te dará no lo encontrarás en el núcleo urbano. Pero también debes tener en cuenta la distancia a lugares como el trabajo, el centro médico, el colegio … así como la vía de transporte que utilices. Si vas en coche será un punto extra, pues la facilidad a la hora de aparcar es mucho mayor. Aunque la mayoría de estas viviendas cuenta con garaje. No obstante, el transporte público también suele llegar a las urbanizaciones, aunque suele escasear (todo depende de la zona). Además, el tráfico de las zonas residenciales es más fluido y no suele haber atascos. Una ventaja que te ayudará en tu día a día.

Al vivir en comunidad, la seguridad está más asegurada. El riesgo de robos es menor al estar rodeada de vecinos. Siempre va a haber alguien que salga o llegue a casa, así como personas paseando o niños jugando. Otro punto a favor si tienes hijos. Las comunidades de vecinos suelen organizar diferentes actividades lúdicas y/o deportivas que darán vida a la urbanización.

Destacar que el mantenimiento de gastos comunitarios no es tan alto que el de un edificio que se encuentre en el centro de la ciudad, aunque disponga de servicios similares.

 

Desventajas

– Intimidad

La cercanía de los vecinos puede suponer un problema para algunas familias. Los ruidos y las voces se suelen escuchar más, por lo que el silencio puede ser inexistente en muchas ocasiones. Así es que, en muchos momentos, sentirás que tu serenidad se ve truncada y tu intimidad limitada.

 

– Más trabajo

Tener más metros cuadrados tiene muchos beneficios, pero también inconvenientes. Serás consciente de ello cuando te toque limpiar la casa y cuidar tu jardín. Habitaciones, garaje, césped, rosales … Te darás cuenta de que el tiempo vuela y te queda algún rincón de la casa por arreglar.

Además, tener coche es casi indispensable para acudir a la ciudad, ya para ir a trabajar, sea para llevar al colegio a los niños o a sus actividades extraescolares. Algo que te supondrá más tiempo, esfuerzo y también dinero.

Villa 8 16

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