Exteriorismo: El interiorismo en el exterior

En la evolución constante del diseño no debería sorprendernos el hecho de que cada vez sea más fácil acceder a objetos polivalentes, materiales innovadores o descontextualizados que dan lugar a nuevos ambientes. Esta ruptura de la clasificación de los distintos objetos, permitirá que los mismos dejen de estar encasillados como objetos de interior o de exterior.

La decoración y el interiorismo no es en exclusiva del interior. Como os podréis imaginar, una decoración acertada no termina en la puerta que se abre al exterior, sino más bien, continúa hacia afuera y hace que ambos espacios se integren y conecten sin fracturas, logrando una perfecta armonía.

He aquí la clave del nacimiento del concepto que denominaremos Exteriorismo, consistente en diseñar un espacio con todas sus consecuencias. Se trata de dar vida a grandes y pequeños espacios exteriores, entendiéndolos como un todo junto con el resto de la vivienda.

Iluminación, nunca suficiente 

Como siempre decimos, la iluminación es sin duda unas de las partes fundamentales a la hora de decorar cualquier espacio. En este sentido, el exterior no va a ser una excepción. Aunque no lo creas, la iluminación en el exteriorismo puede resultar mágica.

Cuando hablamos de crear espacios exteriores concebidos como una estancia más de la casa, no nos estamos refiriendo únicamente a tener en cuenta el mobiliario o las plantas. Hablamos de conseguir un espacio que dé respuesta a nuestras necesidades, sin dejar al margen los propios requerimientos que dicho espacio tendrá.

¿Qué implica esto cuando hablamos de iluminación?

Un aspecto fundamental a tener en cuenta, será la necesidad de contrarrestar el exceso de luz durante el día y lograr dar respuesta a la escasez de la misma durante la noche.

Siendo esto así, deberemos tener en cuenta distintos elementos que nos podrían ayudar en ambos casos. La introducción de parasoles, toldos, o pérgolas, serán sin duda una buena solución a la hora de equilibrar la luz. Conseguirás regular la claridad dejándonos diferentes zonas de confort.

Fluidez y armonía

Hablar de fluidez y armonía es hablar de una correcta distribución del espacio. Si en un proyecto de interiorismo las zonas son delimitadas por tabiques o muebles, en el exterior se le sumarán elementos como la vegetación, las pérgolas, etc.

La vegetación sin duda será una gran aliada ante las irregularidades armonizando el espacio. Ten en cuenta que estamos componiendo un todo, por lo que no podemos dejar de lado la fluidez que ha de llevarnos al interior.

Las ventanas y puertas serán nuestros conectores. Deberán ser visualizadas y empleadas como elementos que nos ayuden a armonizar y unificar ambas zonas, difuminando los límites que estas suponen. Debemos procurar una perfecta integración de las mismas.

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