El racionalismo en arquitectura es un movimiento que surge a principios del siglo XX en Europa, entre 1925 y 1965. Se trata de una reacción al historicismo y a la sobreabundancia del movimiento Art Nouveau. Este movimiento, inspirado en la modernidad y en las ideas de la Bauhaus, también recibe el nombre de estilo Internacional. El objetivo de los arquitectos racionalistas era encontrar una estética mucho más funcional, fusionando el arte con la técnica para exponer los aspectos de la industrialización y lo moderno.
Características del racionalismo
Un estilo basado en las medidas exactas y en lo clásico.
- Funcionalidad: es la esencia del racionalismo. Se busca crear un edificio estético y, a su vez, pragmático, eficaz y adaptado a las necesidades de las personas. Por tanto, se busca que los espacios sean cómodos y agradables para el día a día.
- Materiales: son una parte más de la decoración de la casa. Los más empleados son el hormigón, el vidrio y el acero, entre otros. Siempre apuestan por materiales muy duraderos, baratos pero de gran calidad. No obstante, también se combinan con otros no son corrosivos, incombustibles y fáciles de adaptar. Además, el uso de materiales naturales es relevante para el estilo y su estética final.
- Geometría: como el racionalismo tiene influencia del estilo moderno, las formas lineales y geométricas son primordiales. Se basa en la repetición de figuras como el rombo, la esfera o el cilindro, entre otros. Esto se puede ver en el exterior de los edificios, pues su fachada es simétrica, dando la sensación de orden y armonía.
- Colores, luces y sombras: la gama de colores que utiliza esta corriente es limitada y, en la mayoría de ocasiones, monocromática. El uso de estos colores pretende resaltar las formas y texturas de los materiales. De esta forma, las luces y las sombras son importantes, pues se combinan con la paleta cromática para crear diferentes efectos.
- Modularidad: una de las ideas principales de este estilo es que los edificios deben ser modulares y adaptables para las necesidades que tengan las personas. Es por este motivo que los arquitectos racionalistas diseñan edificios que se pueden ampliar o transformar sin complicaciones y sin afectar a toda la estructura.