Aunque acabamos de empezar el otoño, el frío pronto llegará. Y, como dice el dicho, mejor prevenir que curar. Y eso buscamos hoy. En este caso, nos centramos en cómo ahorrar en calefacción. El gas es uno de los grandes aliados para combatir las bajas temperaturas. Uno de los suministros energéticos más empleados, tanto gas natural como licuado, y tan necesarios. Pero su uso se nota en la factura. Y mucho. Pero lo cierto es que, con una buena gestión, el número a pagar puede bajar. Por ello es que te vamos a dar unos trucos para que ahorres en calefacción.
Cambia tu caldera por una de bajo consumo
Una buena caldera es esencial para ahorrar en la factura, sin duda. Aunque también suponen una gran inversión, lo cierto es que a largo plazo es mucho más rentable. Las calderas de bajo consumo son muy eficientes, por lo que generan la misma energía consumiendo menor cantidad de gas. Y harán que se reduzca la cifra a pagar.
Otra opción es la caldera de condensación. Estas son altamente eficientes porque aprovechan el calor del vapor de agua en los gases de escape para calentar el agua de retorno, lo que reduce el consumo de combustible. Consiguen rendimientos que se acercan al 100% sobre el poder calorífico superior. Con estas calderas, el ahorro que tendrás será en torno al 25-30% en el consumo de energía. Aunque es cierto que son más costosas, con esta reducción significativa en la factura de gas la amortizas. Además, reducen hasta un 70% las emisiones contaminantes tanto para el medio ambiente como para la salud. Y también hay que resaltar que son más silenciosas.
Sin importar la caldera que escojas, debes tener en cuenta su tamaño. Que tenga unas dimensiones apropiadas es importante para tu hogar, pues que sea muy grande podría ser ineficiente y costosa de operar.
Controla la temperatura del hogar
Lo más recomendable es mantener una temperatura en casa de entre 19 y 21 grados. Esto es lo ideal para ahorrar energía; y que la temperatura sea constante. Pero esto no siempre se hace. Durante la noche, la temperatura debería ser algo más baja, en torno a los 16 grados. No solo te ayudará a dormir, también a ahorrar energía.
Otro consejo que te damos es que, cuando no haya nadie en la vivienda, apagues la calefacción. Hoy existen aplicaciones móviles desde donde puedes controlar el termostato de tu casa y mantener unas condiciones óptimas. Otra de las situaciones que suele ocurrir es que se tiende a poner la calefacción en casa y las personas no están con ropa abrigada. Con ello queremos decir que es preferible bajar un poco la temperatura del hogar y estar con ropa más abrigada. Reducir tan solo un grado puede ahorrar un porcentaje significativo del coste de la calefacción a largo plazo.
Apaga los radiadores en las habitaciones vacías
Lo habitual es tener un radiador en cada cuarto. Pero hay momentos en los que algunas habitaciones apenas se utilizan o que pasan a estar menos habitadas. Un claro ejemplo es el momento en el que tu hijo se va a estudiar fuera. Ese espacio solo va a ser utilizado cuando vuelva a casa. Por tanto, durante ese tiempo que no esté en casa podemos apagar su radiador. De esta forma, ahorrarás, evitando consumos mayores y desperdicios energéticos. Al cerrar los radiadores, el calor se redirige hacia otras zonas donde se necesita. Esto puede reducir el tiempo de funcionamiento de la caldera.
Sin embargo, existen algunos termostatos modernos que permiten controlar de manera individual los radiadores de cada estancia, lo que facilita el ajuste de la temperatura en cada cuarto.
Aísla las puertas y las ventanas
La diferencia de temperatura interior y exterior de la casa es muy grande. Es por ello que debes tener un buen aislamiento en tu vivienda. El calor suele dirigirse a aquellos espacios más fríos. Por tanto, si tienes un mal aislamiento, especialmente de puertas y ventanas, el calor se irá al exterior, provocando pérdida de energía, calor y aumentando la factura de gas. Es por estos motivos que el buen aislamiento del hogar es fundamental no solo para mantener el calor en el hogar, también para evitar que entre frío y humedad de fuera.