Los rascacielos resaltan en las grandes ciudades, al igual que la escasez de naturaleza. Lo cierto es que la relación entre los humanos y la naturaleza es innata, por lo que también es imprescindible. En un mundo cada vez más urbanizado, el diseño biofílico ha aparecido como una respuesta innovadora para reintegrar la naturaleza en la vida diaria. Esta filosofía de diseño revolucionaria redefine la estética arquitectónica, mejora la calidad de vida, promueve el bienestar y la conexión de las personas con su entorno. Se trata de crear entornos que incorporen elementos naturales, como luz natural, agua, plantas… En una vivienda biofílica, cada detalle se selecciona cuidadosamente.
Luz natural y ventilación: El diseño biofílico busca abundante luz solar, pues es su gran aliado para crear espacios más armoniosos. Grandes ventanas, tragaluces ubicados estratégicamente y otras aberturas que permiten la entrada de luz crean una sensación de amplitud y conexión con el exterior. Además de mejorar la calidad de vida en el interior. Con ello, la ventilación natural se integra para mejorar la calidad del aire interior, promoviendo un ambiente saludable.
Vegetación: Las plantas no solo son elementos decorativos. En el diseño biofílico son las grandes protagonistas. Los jardines verticales, los patios internos y las macetas aportan vitalidad y frescura al espacio interior. Su color y capacidad de renovar el aire solo aportan beneficios. Contribuyen al bienestar físico y mental de las personas, así como a embellecer el ambiente.
Materiales sostenibles y orgánicos: La selección de materiales tiene un papel esencial en el diseño biofílico. Se priorizan los materiales sostenibles y orgánicos que minimizan el impacto ambiental. Desde suelos de madera hasta textiles naturales. Estos componentes no solo son respetuosos con el medio ambiente, también refuerzan esa conexión con la naturaleza que tanto busca el diseño biofílico. Cada componente busca crear un ambiente interior saludable y en armonía con la naturaleza, por eso los materiales naturales son la mejor opción.
Elementos acuáticos: La presencia de agua es vital. Fuentes internas, pequeños estanques o incluso acuarios integrados. Todo ello aporta una dimensión sensorial única al diseño biofílico. La suave melodía del agua y su reflejo contribuyen a una atmósfera más tranquila y relajante para las personas.
Espacios flexibles y multifuncionales: El diseño biofílico también llega a la organización del espacio. Se fomentan los espacios flexibles que se adaptan a las necesidades cambiantes de los residentes. La conexión con el entorno exterior se logra a través de áreas de transición suaves entre espacios interiores y exteriores.
El diseño biofílico es una filosofía que transforma la manera en que se concibe el hogar familiar. Incorporar la naturaleza en cada aspecto del diseño, desde la iluminación hasta los materiales y la organización del espacio, las viviendas se convierten en santuarios que promueven la salud, el bienestar y la conexión humana con el entorno.
