El verano ya está aquí y con él las altas temperaturas. El calor inunda las calles, pero en casa también se nota. La mayoría solo encuentra una única solución para combatir el calor en su hogar: encender el aire acondicionado. Pero no es el mejor remedio, ni la mejor opción para tu bolsillo. Existen varios trucos que harán que tu casa se mantenga fresca. Te damos estos consejos que, además, favorecen al medio ambiente. ¡Apunta!
Ventila la casa a primera hora de la mañana
Es una de las recomendaciones más básicas. La ventilación del hogar hace que el aire se renueve y que mejor hora que por la mañana, cuando la temperatura está más baja. De esta forma, también se evitan los malos olores y la aparición de humedad. El tiempo que debes dejar tus ventanas abiertas es entre 30 y 45 minutos, aproximadamente. Pero esto depende de la casa, pues cuanto más grande sea más tiempo de ventilación necesitará. El calor del hogar se irá y el fresquito de la mañana inundará la vivienda con aire totalmente renovado para hacer frente el día.
No obstante, por la noche cae la temperatura, por lo que también puedes abrir tus ventanas. Esto te ayudará no solo a renovar el aire, también a dormir mejor.
Persianas, estores o cortinas
Si quieres mantener tu casa fresca en las horas con mayor temperatura, baja las persianas o los estores; o bien corre las cortinas. Y esto incluye las de toda la casa: salón, cocina y habitaciones. No obstante, si necesitas luz para desempeñar alguna tarea, súbelas. Por ejemplo, si vas a cocinar, sube las persianas de la cocina, pero mantén bajadas las del resto de estancias. Es importante, también, que los estores y cortinas no sean de colores que atraigan el calor. Apuesta por el blanco o los grises, ya que son tonos que reflejan la luz. De esta forma, la temperatura interior se mantendrá constante, sin importar la del exterior.
Esto te ayudará a prescindir del aire acondicionado y ahorrar más, ya que el calor no pasa de las ventanas. Otro aspecto importante para que esto se cumpla y sea efectivo es que las ventanas estén bien selladas y aisladas. Mantener las puertas cerradas de cada estancia ayudará a que el calor no se extienda por tu vivienda.
Textiles naturales
Aunque no lo creas, el material de los textiles influye. Aquellos que son naturales y frescos son los que deben estar en tu casa en verano, como es el lino, el algodón o la seda. Por ejemplo, pon unas sábanas de algodón en tu cama. Estarás más fresco y tu piel respira mejor con este material. Otro aspecto que influye es lo que tienes sobre la cama: almohadas, cojines, plaids … deja solo lo imprescindible. En el caso de las cortinas, puedes escoger unas de lino. Los colores también son importantes. Utiliza tonos claros y crudos.
Los electrodomésticos
La lavadora y el lavavajillas son aparatos que generan mucho calor y este se acumula en casa. Pero son prácticamente imprescindibles en nuestro día a día. La solución es sencilla. Ponlos a funcionar por la noche. Pero no a horas muy altas, ya que puede molestar a los vecinos.
Algo parecido sucede con el horno. Es una gran fuente de calor. Apuesta por otro tipo de comidas durante el verano que no lo requieran. Lo mismo sucede con la vitrocerámica, pero tiene un punto a favor: la campana extractora. Cuando vayas a cocinar, enciéndela, así evitarás que el calor se concentre en la cocina.
Ventiladores y no aire acondicionado
Un ventilador de techo es la mejor solución para mantenerte fresco en casa. Reduce la temperatura hasta cinco grados. Ahorrarás mucho más que si utilizas aire acondicionado. Además, son muy decorativos.
Pero si ves que no es suficiente el fresco que aportan, enciendo tu ventilador y coloca delante un cuenco con hielo. De esta forma sentirás que el aire que da es mucho más fresco que antes.
