5 errores a la hora de decorar un salón
La sala de estar es una de las estancias que más se lucen de la casa, algunos dicen incluso que es el escaparate de las vidas de los inquilinos que habitan esa propiedad. ¿Piensas lo mismo? Normalmente, son estancias con gran amplitud por lo que es fácil caer en diferentes errores que podemos (y debemos) evitar al decorar un salón.
Desde 2M Arquitectos, trabajamos con los profesionales e Spacio4 para ofrecer un servicio de interiorismo, con el que estudiamos las posibilidades de cada proyecto para sacarle el máximo partido. Por ello si quieres cambiar una estancia de la casa o repensar su distribución, ¡no dudes en ponerte en contacto!
Errores a la hora de decorar un salón
Proporciones y entradas de luz
Cuando decidas decorar el salón, deberás tener muy en cuenta las proporciones y también las entradas de luz que ofrezca. Según estas dos características tu cuarto de estar tendrá unas posibilidades u otras.
1. No tapones las entradas de luz
Por un lado, intenta no taponar las entradas de luz natural. Si estas se encuentran en lugares poco transitados o esquinados, puedes incluso crear un rincón dedicado a la lectura, o al descanso… ¡tú eliges!
En este punto es muy importante, haber elegido de forma correcta la orientación de tu casa.
2. Cuidado con los errores en la distribución
Según las proporciones del salón podrás plantearte una distribución y otra. Este punto es uno de los más conflictivos, ya que, muchos eligen rápido la distribución sin pensar en posibles alternativas que serían más útiles y acordes con el espacio disponible y la vida de las personas de la casa.
Las costumbres y gustos del inquilino son muy importantes, ¡no lo olvides y piensa en ello incluso por encima de la estética!
Para no cometer errores a la hora de decorar un salón, ten en cuenta estos factores a la hora de realizar la distribución:
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Deja espacios de paso: limpieza visual
Deja caminos libres y fáciles de recorrer, debe reinar la limpieza visual y el orden. Para ello, evita tener demasiados objetos en el suelo, sobre todo, cerca de los sofás para que aquellos que decidan sentarse lo hagan sin llevarse un molesto golpe en la rodilla.
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¿Dónde poner la televisión?
Para tu comodidad, y para que no resulte molesto en los ojos, es recomendable que la TV ocupe no esté justo en frente de las fuentes de luz, ya que de esta forma reflejaría.
3. Organización y almacenaje
Esta es una de las claves que harán que tu salón luzca ordenado, pero también elegante y sofisticado: la organización correcta y un buen almacenaje. Para que sea posible, piensa en tener un aparador o una vitrina en la que poder guardar aquello que no usas mucho, pero que quieres tener a mano.
Por otro lado, puedes colocar estanterías sobre las que podrás apoyar, por ejemplo, objetos de tus viajes por el mundo o tus libros favoritos. Si la mantienes ordenada, podrá darle un toque muy personal al salón y que quede estéticamente espectacular.
4. Armonía sí, pero no te pases.
Jugar con diferentes tonalidades y piezas de estilos diversos en una misma estancia puede ser complicado, pero es necesario para que el salón no parezca un lugar aburrido y demasiado plano. Como consejo, no lo decores todo de golpe. Poco a poco, irás encontrando los objetos para cada lugar.
Como idea, para dar un toque exclusivo y diferenciador puedes incluir espejos en el salón. Este es uno de los grandes trucos que se usan en el mundo de la decoración para ampliar el espacio visualmente. También influye en la luminosidad de la estancia, que se multiplicará con un espejo. Busca los lugares estratégicos, como encima de la mesa, sobre el sofá, etc.
5. No recargues. Menos es más.
Históricamente se ha relacionado el lujo con salones recargados y casas a reventar de objetos antiguos y/o lujosos. Aunque, durante la última década esta tendencia ha ido mutando hacia la sencillez. Ahora, la filosofía imperante es: MENOS ES MÁS. Por lo tanto, otro de los errores a evitar al decorar el salón recargarlo demasiado. Emplea detalles dorados o en cobre, dale algún toque especial con materiales nobles como el mármol, ¡pero nunca abuses de la cantidad!